Un académico a media mañana - visita a Rafael de Cózar

Disfruta de un relativo año sabático que aprovecha para retocar su propia poesía visual con los adelantos que entonces, mediado de los años 70, no existían, y lo que se concibió como obra en blanco y negro, ahora le pone fondos de colores. Es su criterio y no lo voy a discutir. Rafael de Cózar me recibe a media mañana en su despacho del departamento de literatura española, en la antigua fábrica de tabacos que es desde hace tantos años la facultad de filosofía y letras y me muestra su obra digitalizada a través de la pantalla de su ordenador.


Hace unos meses ha coordinado una exposición mixta pintura-poesía sobre el tema del agua, pintores que escriben y poetas que pintan o ilustran sobre este motivo, lo que aprovecha para indagar en el lenguaje artístico de ambas disciplinas.

Hablamos sobre la influencia del simbolismo en España uno de cuyos precedentes es Bécquer, que no conoció a los maudits franceses como Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmé y por ello su trabajo según Cózar reviste de mayor mérito preludiando el sentido del arte por sí mismo y el plano metapoético de su lenguaje y su repercusión en el Modernismo español.

Se le nota distendido a Cózar, señal de que su año sabático le está sentando bien, aunque no disminuye un punto su agudeza crítica de siempre, al contrario, respirando del ritmo congestivo del aula, profundiza estos mismos temas con ardor al tiempo que le permite cancha para escribir artículos y emprender diversos proyectos que irán saliendo a su debido tiempo.

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