Los sueños parecen más fáciles de alcanzar en primavera, pero yo, dejando latir mi herencia extremeña y meridional, ahora siento que nunca he dejado de soñar despierto, hasta el punto de que ya no puedo ni quiero despertar, porque al hacerlo, dejaría de existir, de la misma forma con que los dioses dejaran de soñarnos.
Comentarios
la ensoñación se aferra a tu alma
Gracias.