Trabajar en pijama y babuchas



Nadie duda hoy de que la tecnología modifica e introduce nuevos hábitos y protocolos en nuestra vida.

Hoy he entrado en una nueva dimensión con un sencillo gesto, rompiendo ataduras con el pasado: a primera hora  no más levantarme y desayunar, he estado gestionando desde el estudio diversas cosas de la empresa en el más puro estilo casual del que pasaba por allí: en pijama y zapatillas, sin afeitarme siquiera.

Lo que en la vida física no me hubiera sido posible ni admisible (gesto que me hubiera costado aceptar) desde mi propio pudor, lo he hecho de forma telemática y, sin darme cuenta, muy naturalmente, sobrepasando todos mis prejuicios.

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