Una visita que no sabe salir





Esta mañana a primera hora ha venido a verme un gato blanquito muy simpático. Ya lo conozco de días atrás estar él zangoloteando por el barrio, se ve que tiene instinto de explorador, por eso me alegré de verle. Estaba en el jardín esperándome, tal vez estuvo toda la noche ahí al raso.

Yo le vi según salí a abrir la puerta. Estuve un buen rato buscando algún comedero para él, y cuando lo tenía le preparé pan migado con leche. Pero no quería comer.

Era un gato regalón y zalamero así que le acaricié y jugue un poco con él, pero después de maullar un buen rato le abrí la puerta y salió corriendo a la calle. Se ve que estaba de visita rutinaria. Creo que no sé ni por dónde había entrado. Pero si llegó al patio con tanto esfuerzo ¿por qué salió tan pronto?


(Foto: Sacramento Guillén)

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Es sabido que muchos escritores han elegido los gatos como animal de compañía, quizás esta extraña alianza se deba a la actitud de libertad del felino, comparable a la del escritor, es un pacto entre seres libres
José Juan M Bueso ha dicho que…
Me siento muy a gusto entre los gatos desde que una maravillosa amiga me hizo entenderlos mejor y quererles... te diré que este gato blanquito ha seguido viniendo a casa descuidadamente, no sé qué quiere ni qué no, pero algo ha encontrado que le hace sentirse bien. Al ser blanquito me recuerda a un apacible gato, Milú, que vivía con aquella mi querida amiga
Anónimo ha dicho que…
Milú me ha dicho que desde donde está el ahora, que sólo lo sabemos el y yo, vela por tí.