Proyectos veraniegos y soleado paseo cacereño

Hay un grato soplo de prósperos augurios en la mañana. Ayer cuando el sol vacilaba quedamos en el local que ya ha dejado de ser Academia de Sebastíán: él mismo, Juanma Barrado y yo,dejándome aconsejár de ellos sobre la nueva etapa de Miradas de poesía, cuya dirección he asumido tras el cese de Estrella Morales.

Juanma va a presentar este mes en la Fundación Juan Ramón Jiménez su último libro, Fragmentos de cal publicado por la editorial malagueña El Gaviero Ediciones en su colección Salamandria, una editorial de primorosa factura. El libro de Juanma se puede considerar un libro-objeto. De formato tabloide, se enriquece con signos visuales propios de su estructura que modifica sensorialmente la experiencia lectora.

Sebastián está como siempre embarullado de trabajo, en parte por mi culpa, ya que se ha comprometido a realizar cinco ilustraciones para mi aun inédito poemario Apocalipsis dadá (aparte de asesorarme en esta nueva etapa de Miradas de poesía, como digo). Estoy adquiriendo obra de Sebastián, que, sumada a la que ya tengo en las paredes de mi casa, me hacen pensar que dentro de breve tiempo seré uno de los mayores expertos en España sobre el sebastianismo.

Esta mañana hemos paseado juntos largamente por la ciudad antigua (hemos visitado el museo de las Veletas) y por el paseo de Cánovas, ubérrimo de sol, mientras Sebastián desgranaba reflexiones en torno a la sensación de plenitud propia de esta maravillos mañana de verano cacereño.

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